Alrededor de 300 caballos y 30 carruajes embellecerán el Recinto Ferial con el Paseo de Caballos. El concurso ligado a esta iniciativa se celebrará los dí­as 19, 23, 24 y 25 en el Real de la Feria al mediodí­a

El caballo es algo que siempre ha sido un elemento indispensable de cualquier feria andaluza que se precie. El año pasado, el Ayuntamiento de Almerí­a quiso asentar esa tradición en las fiestas de la capital, y este año vuelve a realizarlo. Y lo hace con el Paseo de Caballos que va a tener lugar en el Recinto Ferial a las 15.00 horas los dí­as 19, 23, 24 y 25.

 

La concejal de Fiestas Mayores, Lola de Haro, presentó esta iniciativa junto a Francisco del Águila, presidente de la Asociación de Criadores de Caballos "Portocarrero", encargada de coordinar la actividad.

Para esta edición se espera una gran participación, contando con la mayorí­a de los centros ecuestres y ganaderí­as de la provincia, como los de El Ejido, la Mojonera, Viator, Nijar, Pechina, Adra, Benahadux. Alrededor de 300 caballos y sobre unos 30 carruajes pasearán por el Real de la Feria, vestidos para la ocasión con sus trajes tradicionales de corto.

Esta actividad lleva incorporada una iniciativa que además sirve para fomentar la asistencia de caballos y caballistas a las fiestas almerienses. Se trata del Concurso de Paseo de Caballos, que este año celebra también su segunda edición y que tendrá lugar los mismos dí­as que el Paseo de Caballos, es decir, los dí­as 19, 23, 24 y 25.

Para este concurso se han establecido tres premios por categorí­a, siendo estas al mejor jinete, mejor amazona, mejor grupera y mejor enganche. Francisco del Águila explicó las condiciones de este certamen, indicando que se valorará el vestuario de los participantes, el aseo y limpieza de los ejemplares y de sus arreos así­ como la concordancia de los mismos con los atuendos de los participantes, teniéndose en cuenta sobre todo el bienestar de los animales que participen, ya que, tal y como explicó el presidente de la Asociación "Portocarrero", "lo que se le pide a un caballo es lo que hace en su estado natural, nunca nada de lo que el caballo por su condición no sabrí­a hacer". Y es que "el verdadero protagonista del caballista no es el jinete, sino el caballo, que no ha de tener señal de haber sido sometido a una doma inadecuada".

Además, del Águila destacó la labor de todas las personas que están detrás de una actividad así­, tales como los modistos que confeccionan los trajes de las mujeres o los artesanos que elaboran los carruajes, "porque en un paseo de caballos todo ha de estar cuidado hasta el más mí­nimo detalle".