La vista oral de los 26 imputados en el macrojuicio por tráfico de hachís que se está llevando a cabo en la Ciudad de la Justicia se aplaza una semana más, tras la reunión que estos mantuvieron ante las puertas de la sala de vistas número 7 de dichos juzgados.
Una reunión en la que la docena de abogados encargados de llevar este juicio intentaban definir las estrategias a seguir, si optaban por llevar a cabo el juicio, aplazarlo o llegar a un acuerdo; mientras esperaban el inicio de la primera sesión del ya catalogado como el primer gran juicio contra una red de narcotraficantes celebrado en nuestra provincia. Red en la que están imputados tres guardias civiles, acusados de dar cobertura a los narcos.
Un proceso judicial en el que se lleva a examen las responsabilidades de una presunta red de tráfico de hachís vinculada con el norte de Marruecos. Apuntar que la Fiscalía demanda para los 26 encausados penas que rondan en total los 170 años de prisión dado que se sospecha de que en el año 2009 introdujeron vía Almería cerca de 9000 Kg. de hachís.
La renuncia de uno de los acusados de su abogado ha provocado un nuevo aplazamiento, esperándose que si no se dan más incidencias el juicio pueda dar comienzo el próximo lunes, aunque la maquinaria judicial continuará trabajando a lo largo de esta semana para así aligerar cuanto pueda la carga del proceso.
Apuntar que la Fiscalía ha ofrecido acuerdos a buena parte de los acusados, dado que existen distintos roles dentro de la red, apuntando a que aquellos acusados que hayan desempeñado papeles secundarios en esta supuesta trama, acepten condenas inferiores a los dos años de cárcel, cuestión esta que les permitirá eludir la prisión.
Con dichos pactos también se lograría reducir la larga lista de acusados, acelerando además las declaraciones con lo que se facilitaría aun más el trabajo del tribunal. Acuerdos a los que será mucho más difícil llegar con los cabecillas de esta organización y con los tres guardias civiles imputados.
Una investigación que se remonta al año 2009 y que se ha centrado en una red con ramificaciones en el norte de Marruecos, siendo los cabecillas dos ciudadanos magrebíes, los cuales presuntamente conectaban a los productores del hachís con las rutas de distribución en nuestra provincia, además de encargarse de buscar la logística necesaria para los alijos, en la que se incluía la cobertura en tierra, dada en algunas ocasiones por los guardias civiles ahora imputados en el caso. Siendo el medio de introducción de la droga el de lanchas rápidas, embarcaciones de recreo o camiones.