Mojácar, la esencia del paraíso habita en el destino ‘Costa de Almería’

Su ubicación privilegiada en el levante almeriense, a medio camino entre Sierra Cabrera y el mar Mediterráneo, ha sido pieza codiciada por muchos pueblos de la antigüedad. Asentada en plena cuna de la cultura Argárica, son muchas las civilizaciones que la han ocupado a lo largo de su historia atraídos por el encanto de ‘Moxacar’.
Su arquitectura medieval morisca, el color blanco de sus casas y el carácter abierto de sus gentes,  lo han situado como uno de los destinos más visitados de ‘Costa de Almería’. Para conocer palmo a palmo el pueblo, es recomendable hacer la visita a pie ya que gran parte de su encanto radica precisamente, en su entorno, en sus calles y plazas y cómo se engalana por los mojaqueros para recibir a turistas y visitantes durante todo el año.
Desde el Mirador de la Plaza Nueva,  el visitante puede divisar una impresionante vista del Valle de las Pirámides y de ‘Mojácar la Vieja’, primer asentamiento prehistórico de Mojácar, situado junto al río Aguas, el cual desemboca en la laguna, espacio natural protegido, en la playa de Mojácar.
Paseando por sus calles, en la Plaza Nueva, se encuentra la Ermita de los Dolores y el Mirador del Castillo desde el que se accede a la zona más elevada de la ciudad y desde el que se puede divisar la costa mojaquera, antes de descender de nuevo hacia la Plaza Nueva dirección a la calle Alcalde Jacinto, que nos conduce ante la Iglesia de Santa María, de 1560, antigua fortaleza de grandes sillares de piedra y cuyo interior, está decorado de forma muy sencilla.
Ante la Iglesia, se encuentra la Estatua a la Mojaquera, realizada en mármol blanco y ataviada con el traje típico, sostiene el pañuelo con los dientes y porta el cántaro que se utilizaba para, desde la Fuente, abastecer las casas de agua.