Griñán apoya la decisión del Gobierno de no denunciar a Alemania por la crisis del pepino

El presidente de la Junta de Andalucí­a, José Antonio Griñán, ha apoyado que el Gobierno español no presente una "demanda de Estado" contra Alemania por la crisis del pepino y ha defendido que las actuaciones judiciales deben realizarse a tí­tulo individual por cada uno de los afectados, a quienes la Junta apoyará.

Griñán ha hecho estas declaraciones en Los Desayunos de Televisión Española, donde ha explicado que el daño que se ha hecho individualmente tendrá que ser reparado "de alguna forma" por el Gobierno alemán o por el de Hamburgo y la actuación de la Junta de Andalucí­a en este sentido será la de dar fe y corroborar que las pérdidas que alegue cada productor son, en su caso, ciertas. "Apoyarles en esa demanda, pero no es una demanda de Estado, son individuales", ha incidido.

Griñán también ha mantenido que el comportamiento de Alemania en este caso, después de que la canciller Angela Merkel dijera ayer que "se habí­a hecho bien, que no se sabí­a cual era la causa de la enfermedad", se "juzga por sí­ mismo".

Sin embargo, ha señalado que Alemania es "un paí­s amigo por el que sentimos un profundo respeto" y el "fallo institucional" que se ha producido no significa que deje de ser el "mejor cliente" de la agricultura española y con el que --ha añadido-- "vamos a seguir teniendo buenas relaciones".

Por último, el presidente andaluz ha ensalzado la labor del Ejecutivo en esta crisis y ha subrayado la rápida respuesta del Gobierno en este sentido, con el apoyo mostrado por el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, a los agricultores de Almerí­a cuando "aún no se sabí­a el resultado de los análisis" o con las exigencias mantenidas en Bruselas para las "indemnizaciones correspondientes.

Ha mantenido que en este tipo de asuntos "no puede haber polifoní­as" ante la Unión Europea sino que el paí­s "tiene que acostumbrarse" a que su voz en el exterior sea la de su Gobierno. Una actitud diplomática o conformista que no convence a los agricultores que, ante esta reacción del Gobierno, tomarán sus propias medidas.