Almerí­a y el flamenco, una unión para toda la vida

Almerí­a tiene mucho que decir en el arte del flamenco. Esta tierra continúa dando grandes momentos y grandes nombres en lo que ya es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y, precisamente, para que quede constancia, para trasladar la historia del flamenco relacionada con Almerí­a, han presentado hoy el NOVENO CIRCUITO MUNICIPAL DE DIVULGACIí“N DEL FLAMENCO, que arrancará el próximo 17 de febrero. El flamenco y Almerí­a, un matrimonio para toda la vida, la unión de dos conceptos que han dibujado la historia cultural de nuestra tierra. El flamenco acude, una vez más, a su cita con los amantes almerienses de este arte centenario en el que será el IX Circuito Municipal de Divulgación del Flamenco, que ofrecerá un nuevo programa de actividades destinadas a dar a conocer la Historia y las raí­ces del flamenco, la identidad de nuestra tierra.

El viernes 17 de febrero, Calixto Sánchez inicia el circuito con la conferencia ilustrada 'Evolución de los cantes', que completa la trilogí­a didáctica y cataora precedida por las dos conferencias de años anteriores, 'El cante la voz' y 'Dificultad de los cantes'. Le acompañará Eduardo Rebollar a la guitarra. El 1 de marzo, tiempo para otros de los grandes.

Otra de las cunas del flamenco más puro celebra este año un aniversario histórico, el bicentenario de la Constitución popularmente conocida como 'La Pepa', y un homenaje a la Cádiz de las Cortes y las coplas flamencas alusivas a ese periodo histórico, en a que participará el propio alcalde de Almerí­a, Luis Rogelio Rodrí­guez-Comendador, además de Antonio Zapata Roldrán y José Antonio López Alemán, coordinador del circuito.

El sábado 17 de marzo, nada mejor para cerrar que con un concierto de guitarra puramente almeriense. José Fernández Torres, 'Tomatito hijo', con tan solo 15 años, asume la continuación de esta saga familiar con tan honda tradición artí­stica, en el que será su debut, con un concierto en el que le acompañará su grupo, compuesto por Ángeles Fernández y el Pescaí­to.