COAG apunta grandes pérdidas para los ganaderos, si la UE llega a un acuerdo con Argentina y Brasil

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG, reclama a la Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, firmeza ante el relanzamiento del proceso de negociaciones en torno al acuerdo de liberalización comercial UE-Mercosur.

La Comisión Europea pretende mejorar las condiciones de acceso al mercado comunitario de las producciones de los paí­ses que forman parte del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), y para ello estudia una rebaja del 60% de los aranceles.

Tal y como ha señalado el propio Parlamento Europeo, esta situación desestabilizarí­a el mercado interno comunitario, poniendo en serio peligro la viabilidad de las explotaciones ganaderas europeas. "Con el nivel arancelario actual, los bajos precios en origen se ven parcialmente compensados al llegar a su destino.

Con la reducción propuesta, nuestros ganaderos no podrí­an competir con los bajos costes de un modelo de producción exento del cumplimiento de las exigencias europeas en materia sanitaria, medioambiental, laboral, bienestar animal o trazabilidad, de obligado cumplimiento para los productores de la UE", ha puntualizado Ángel Ruano, responsable de Ganaderí­a de COAG Andalucí­a.

Según las estimaciones realizadas por los Servicios Técnicos de COAG sobre la base de los datos de producción del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea, un posible acuerdo en los términos citados anteriormente supondrí­an unas pérdidas anuales de entre 1.800 y 2.100 millones de euros para el sector de vacuno de carne en España. En el caso del sector aví­cola, las pérdidas serí­an alarmantes.

También se verí­an seriamente afectados sectores como el porcino, remolacha azucarera y determinadas frutas y hortalizas (melón y cí­tricos), tanto en fresco como transformados. Ante el nuevo contexto internacional, COAG ha pedido de forma reiterada en Bruselas que la UE abandone de una vez por todas sus estrategia suicida en torno a los acuerdos comerciales con terceros paí­ses, criticados duramente en los últimos informes de la Eurocámara.