Según apuntó aportará más dinero público a los productores que más lo necesiten, equilibrándose así el aporte de las diferentes administraciones al olivar.Además, la ley pretende obtener dos objetivos claros de una parte fomentar la competitividad y de otra la sotenibilidad del sector, aunque siendo conscientes de que ambas van unidas. Para ello, se actuará en la remodelación de las explotaciones potencialmente productivas, así mismo se fomentará el regadío buscando el uso eficiente del agua, unido a una mayor eficacia energética, con la apuesta por las fuentes de de energías renovables tanto en el cultivo como en las industrias transformadoras, favoreciendo la utilización de los residuos agrícolas y la biomasa para la producción de energía.
El desarrollo de esta ley requiere una acción integral desde todos los frentes, y una colaboración público-privada, y se abre un Plan Director de Olivar que se convertirá en el documento que definirá las estrategias necesarias para la mejora del sector.